La democracia sĂłlo es posible gracias a un aumento de la complejidad de la sociedad, pero hoy en dĂa esa misma complejidad parece distanciarnos de la propia democracia. Entonces ÂżcĂłmo podemos conseguir una polĂtica que nos resulte mĂĄs comprensible? Hay un claro desajuste entre lo que una democracia nos presupone a los ciudadanos y nuestra capacidad para cumplir con esas exigencias.
En la actualidad, el origen de algunos de los principales problemas polĂticos reside en el hecho de que la democracia necesita unos actores que ella misma es incapaz de producir. Sin una ciudadanĂa activa y participativa, formada e informada, que entienda lo que se debate en el espacio pĂşblico de forma que pueda intervenir en ĂŠl, es imposible hablar de calidad democrĂĄtica.
Lo que plantea aquĂ Daniel Innerarity es que la comprensiĂłn de la democracia no pasa por el recurso a los "expertos", el incremento de la delegaciĂłn o la renuncia del control popular, si no por el fortalecimiento de la cooperaciĂłn y la organizaciĂłn institucional de la inteligencia colectiva.