Por mĂĄs que Las confesiones de un alma bella constituya un texto de carĂĄcter literario, en Ă©l se encierra un interĂ©s filosĂłfico, al menos a juzgar por la extensiĂłn del concepto de "alma bella" en la filosofĂa del siglo xviii, como se encuentra en Rousseau, Hegel, Schiller, entre otros. No obstante su origen se remonta hasta PlatĂłn, y de este a Plotino, de Plotino a san AgustĂn y de aquĂ a la mĂstica alemana de la baja Edad Media y a la literatura religiosa española de los siglos xvi y xvii.
Pero, ÂżquĂ© es un "alma bella"? Prescindiendo de los muchos matices que tiene la cuestiĂłn, es aquella que tiende al bien por sĂ misma, por naturaleza y sin aparente esfuerzo ni contradicciĂłn consigo misma. Se trata de una categorĂa moral, pero que se expresa con terminologĂa estĂ©tica: unir lo bello y lo bueno, segĂșn el viejo ideal griego, superando la escisiĂłn entre naturaleza y libertad. Desde este punto de vista, es interesante señalar que las "bellas almas" suelen ser mujeres, que reconcilian inclinaciĂłn y deber, naturaleza y libertad, pero no para sĂ mismas, sino especularmente para el varĂłn que se ve reflejado en ellas, y que escribe "bellas" obras literarias. AdemĂĄs de las obvias resonancias que para una crĂtica feminista pueda tener esta mistificaciĂłn de lo femenino, la categorĂa de "alma bella" permite igualmente comprender algunas claves estĂ©ticas del romanticismo y del clasicismo. Y todo ello a travĂ©s de la fina mirada psicolĂłgica de Goethe.