En los últimos decenios se ha avanzado en la comprensión del matrimonio como realidad secular y camino de santidad. Pero faltan por analizar otras dimensiones de la vida humana, como, por ejemplo, el trabajo o la política, ambas asediadas por graves peligros. La visión meramente economicista del trabajo oscurece su naturaleza de servicio. Por otra parte, ¿cuál es el ideal de gobernante que proponen los cristianos? ¿Qué tiene que ver el hecho de ser ciudadano con la vida cristiana?
Este libro ofrece una reflexión sobre la condición secular de la mayor parte de los cristianos, cuyo encuentro con Dios se produce en la vida corriente, en un mundo que deberán amar apasionadamente.