Año 1990, Julen realiza una travesĂa en solitario por una cadena montañosa, eludiendo, por unas semanas, su inevitable ingreso en prisiĂłn al declararse insumiso al servicio militar. Su mochilla, ademĂĄs de un menguado equipaje, carga con el peso de una tragedia familiar: cuando era niño murieron su tĂo en una comisarĂa y su madre durante los tumultos de protesta.
La violencia en Euskadi, las amenazas, las torturas, el narcotråfico, falsedades que dibujan un mundo a conveniencia y la respuesta juvenil a través de la cultura musical de la época condicionan su entorno particular.
El empeño de la abuela de Julen por aislarle del clima de dolor estalla cuando recibe noticias de un padre desconocido, aparentemente relacionado con las muertes familiares.
El relato se abre, entonces, a una segunda lĂnea argumental y aparece Dolor, un ignoto poblado minero, enclavado en el corazĂłn de la cordillera cantĂĄbrica. Origen de sus antepasados paternos, brava saga de mineros empeñada en sobreponerse a un destino de escasez y guerra. Un lugar donde la desapariciĂłn de un niño condicionarĂĄ su futuro.
QuizĂĄ Dolor no sea simplemente un topĂłnimo extravagante. Desvela de forma metafĂłrica algunos propĂłsitos y actitudes. El viaje iniciĂĄtico que emprende Julen le asoma a tal singularidad que le revela su trĂĄnsito por un sendero paralelo.
Y comĂșn a cualquier trama de la novela, aparece el Paisaje como elemento vertebrador del carĂĄcter. Concepto subjetivo al que se rinden algunos personajes, constatando la indiferencia del entorno para con sus anhelos. Impasible al contemplarlos confrontar contra el perdurar de un mundo que aparentemente nunca cambia.