En El alma de Cándido (1919), el protagonista se cree merecedor del cielo por su santidad. Sin embargo, no tiene en cuenta que, por actuar sin discernimiento, ha hecho el bien a personas que no lo merecían. En este relato Emilia Pardo Bazán cuestiona a aquellos, que por diversas razones, utilizan la santidad de modo fraudulento, aunque sea por ignorancia, como en el caso de Cándido.