Desastre: lo que queda por decir cuando se ha dicho todo, ruina del habla, desfallecimiento de la escritura, rumor que murmura, lo que resta sin resto; siempre por venir, siempre pasado; histĂłrico fuera-de-la-historia. OlvidĂ©monos del lenguaje ordinario: solo un ejercicio sublime de ironĂa (Âżse le puede dar ese nombre?) hace posible la escritura del desastre. OlvidĂ©monos de toda dialĂ©ctica: solo un ejercicio acrobĂĄtico, intenso y excesivo del lenguaje (una palabra es siempre mĂĄs que una palabra) posibilita un pensamiento del desastre.