Desde la obtención de los derechos individuales por las mujeres, las sociedades occidentales han modificado sustancialmente su organización y funcionamiento en el ámbito cívico. No obstante, se observa que los papeles sociales cambian poco, las discriminaciones persisten y la desigual consideración a la baja de las mujeres en su conjunto perdura, lo que nos hace pensar en mecanismos ocultos, complicados de descifrar y neutralizar. La propuesta de este libro es producto de numerosas acciones, experiencias, lecturas y reflexiones compartidas de la autora: las condiciones político sociales de las democracias modernas hacen posible un nuevo tipo de contrato entre individuos libres e iguales, mujeres y varones, que permitiría mejorar las condiciones de vida personal y política para el tercer milenio.