Este libro analiza la articulación y génesis del relato histórico de Aguadas y su sustantivación en el discurso identitario de «la aguadeñidad». El hilo conductor se organiza alrededor de la idea de que en esta localidad la memoria de sus élites terminó imponiéndose como historia, articulando un relato propuesto acerca de la identidad local en un momento paradójico: la celebración del bicentenario de su fundación y el desorden y temor que generaba la presencia de irregulares armados, de derecha e izquierda, en sus calles y veredas. Los autores auscultaron críticamente una producción historiográfica que se construye como símbolo de un territorio que se debate por encontrar su lugar en el presente. Seguir y deshilvanar su producción es la oportunidad de descifrar, profundizar y enriquecer el conocimiento de las dinámicas locales de la historia y la memoria en el país.