"El culto moderno a los monumentos" fue publicada originalmente en 1903 y en ella Riegl, a la sazón presidente de la Comisión de Monumentos Históricos, analiza la problemática del monumento en el horizonte de dos cuestiones fundamentales para el formalismo y la escuela vienesa de historia del arte: el culto a los monumentos es un culto moderno, y la consideración de la modernidad alienta a lo largo de todo el texto; es manifestación de una determinada voluntad de forma, Kunstwollen, concepto que está en la base de toda su argumentación y que adquiere en esta obra matices importantes.