Las cuatro décadas de vida del Departamento de Ciencia Política de la Universidad de los Andes corresponden a un período agitado de la vida nacional en el que la sociedad colombiana consolidó un traumático y desordenado proceso sostenido de modernización capitalista, iniciado un poco más de dos décadas atrás. La dinámica de esa consolidación no es gratuita ya que sus antecedentes inmediatos tuvieron por escenario el período de la Violencia (1946-1965), en cuyos últimos años el Estado tuvo que madurar sus instituciones para atender a las expectativas de una sociedad que requería apaciguamiento. La forzada convivencia burocrática entre dos bandos políticos sectarios —el Liberal y el Conservador— que dividían de manera vertical a la premoderna sociedad, pretendió eliminar la violencia en pos de una democracia real. Sin embargo, de manera formal desconoció a críticos y opositores, en medio de un conglomerado social en rápida expansión y diversificación. Disímiles actores que emergieron en ese entonces se salieron pronto —a su manera— de ese libreto político. Ante la ausencia de reglas de juego flexibles, algunos de ellos retomaron los caminos de la confrontación armada. Como pocos países, a lo largo de su vida republicana Colombia ha exhibido ante el mundo la sentencia de Marx de que la violencia es la partera de la historia.