Esta es una historia alegre, en la que los animales corretean a sus anchas por las páginas del libro. Guille, su protagonista, con ayuda de su imaginación y la de su familia, juega a crear un zoo imaginario, lleno de todo tipo de animales: cebras, leones, hormigas, grillos...
Cuando un día ve que sus padres y hermana se aburren y que lo consideran ya mayor para juegos infantiles, Guille les demuestra que usar la imaginación no tiene edades, al descubrir junto con su abuelo unos curiosos personajes para sus nuevas y divertidas aventuras. El museo de los chirimbolos y el zoo inventado serán dos caminos encantadores y chispeantes en los que el protagonista se mueve como pez en el agua.
VALORES IMPLÍCITOS:
Esta historia, de por sí divertida, quiere resaltar el afecto y la convivencia entre los miembros de una familia, desde los pequeños a los mayores, aceptando con empatía las diferentes conductas de los mismos. La amistad y el compañerismo están por encima de sus discrepancias. La complicidad entre abuelo y nieto son una parte interesante de esta novela.
El cariño por el mundo animal es el hilo conductor de toda la trama del libro.