Tanto para las tradicionales ciudades fundamentales como para las municipalidades emergentes, la diplomacia de las ciudades provee una oportunidad de relación con dignatarios extranjeros y la posibilidad de recibir importantes beneficios. Actualizando su organización, redistribuyendo sus recursos, imaginando estrategias de marca sofisticadas y aprovechando su poder blando; así las ciudades atraen a diferentes agentes externos para cooperar en políticas de diversos ámbitos. La diplomacia de las ciudades es, a su vez, una expresión de la voluntad de los ciudadanos de tener otro punto de acceso a los asuntos globales.
Este libro estudia las mejores prácticas de la diplomacia de las ciudades para enriquecer nuestro entendimiento de la política global de la que todos hacemos parte.