"Este libro en el que Paulo es Alonsa, Gabriela es Lucila y Chile Ḯϩṓҥ1Ŀ3, en el que el verbo matar brama y acecha desde el fondo de la escritura, en el que el paisaje se deforma y las voces husmean en la niebla, donde también hay lugar para visiones espléndidas, y la pureza del absurdo arde detrás de las máscaras, es un fulgurante acto poético lleno de potencia y horror. Y guarda una poderosa y peligrosa ambición: comunicarse con el mundo para acariciarlo y herirlo. Y si bien se nos presenta elusivamente bajo muchos nombres y bajo muchas carnes, nos muestra un rostro y un cuerpo rotundo –aunque desfigurado–, un monstruo hermoso que –como todo monstruo–, es digno de verse y escucharse", señala el escritor Cristian Geisse. "
Adentro de las piedras están los tronos de la reina/ Venía viendo cuando bajé de los cerros/ Y no viste el crecimiento de los huertos/ El hollejo curador de esta palma:/ Todo el laboratorio era un paso de cruces, y solo eso, cruces." Paulo San Páris
Imagen de portada: Incendios, pintura de Guillermo Lorca García Huidobro. Óleo sobre tela, 120 x 210 cm., 2013.