El Tratado breve de medicina y de todas las enfermedades (1592) es uno de los primeros textos de literatura médica en la Nueva España. Su autor, el agustino fray Agustín Farfán, fue un médico respetado en la incipiente sociedad novohispana. Se trata de su libro más popular, pensado no para el especialista, sino para todo aquel que tuviera necesidad de una cura con un remedio casero, más aún si se encontraba lejos de los centros urbanos, donde no existían "boticas" ni profesionales, en las minas o pueblos de indios. A partir de esta característica, el estudio y anotación de esta cuidadosa edición se concentra en el paradigma literario de una obra que, en palabras de Farfán, procura "con el favor divino ser clara para que todos entiendan". Y aun cuando este propósito responde a los postulados del arte médico, estos construyen su propia poética por medio de la imaginación, el providencialismo, la experiencia, las ideas y el folclor hispánico de la época.
Un libro importante para un público heterogéneo, un texto que invita a la reflexión sobre las historias locales, los diseños globales, los conocimientos subalternos, el pensamiento fronterizo y el proceso de la invención de América.