Es evidente, que en un tiempo tan conflictivo y contradictorio como el nuestro, los padres enfrentan la tarea educativa de sus hijos como una arriesgada aventura.
La serie de temas propuestos en estas páginas, sumadas al diálogo entre esposos que surgirá de la misma lectura, son una buena ocasión para evaluar, consolidar o reorientar la relación entre los padres y los hijos en cuanto a la labor educativa.
El arte de ser padres nos recuerda justamente que la función de educar a los hijos no es para cualquiera, sino para verdaderos artistas, verdaderos padres. Educar es un arte.