Prólogo de Santiago Segura.
«Este escrito tiene la vocación de dibujar la vida cotidiana en un pequeño cementerio del litoral. Puestos, supone también un cierto divertimiento casi escolar de escribir con un pseudo y pésimo clasicismo. Total, poca cosa».
Novela coral que se desarrolla en un cementerio en torno a varios personajes delirantes, como Recasens, el sepulturero, alto, cebado y desgalichado, o Tato, el jardinero, que vive esperando una imposible sonrisa de su esposa, que contarán pequeñas historias de lo más extravagantes.
Un noir que habla de cotidianidad y buena escritura.