El narrador de esta novela, al que solo conocemos por el nombre de «señor Richardson» (a pesar de sus diecinueve años), vive en el pueblecito de Evensford, donde es reportero del periĂłdico local. AllĂ se le encarga cubrir el «gran acontecimiento» que supone el regreso a la villa de la familia Aspen, la Ășnica aristocracia (de mĂĄs de quinientos años) del lugar: los hermanos Rollo, Juliana y Bertie Aspen, y su sobrina de diecinueve años, Lydia, cuyo padre acaba de fallecer y cuya madre, segĂșn dicen, muriĂł tambiĂ©n hace ya tiempo. El joven señor Richardson no solo tendrĂĄ una misiĂłn «periodĂstica» en la vida de esta insigne familia: serĂĄ el encargado de iniciar a Lydia en la modesta comunidad y de crearle un cĂrculo de amigos y, poco a poco, enamorado de ella, serĂĄ tambiĂ©n el objeto de sus juegos, de sus caprichos, de sus desmanes. Amada Lydia (1952) es un pequeño clĂĄsico de la novela inglesa del siglo XX, un estudio de un amor de juventud de tintes turguenevianos, cuyo encanto reside en la intensidad y lucidez con que se representan los vaivenes, los sentimientos, el dolor y la inseguridad de esa frĂĄgil etapa de la vida.