Amanecí bajo otro cielo es un poemario honesto, descarnado a ratos, lleno de preguntas y asombros, pero también con muchas nostalgias. Retrata los diferentes estados que puede transitar una mujer en su periplo vital, más aún cuando ha tenido que integrar a su experiencia el gran cambio existencial que supone el exilio.
En el fondo de este libro subyace una afirmación y una confianza en la vida que permite la convivencia de diversos rostros. Aparece una voz que repasa el exilio a la luz de Pericles, otras veces llega la estampa de un amor pasado, experiencias familiares que llegan al poema como una evocación, a través de la memoria y los objetos -o vidas- que la encarnan.
Todo primer poemario, llevado con pasión, supone un arrojo. Aquí, en Amanecí bajo otro cielo, Milagros Durán retrata el sentimiento de estar ya largamente fuera de su país, Venezuela, pero también asume la distancia con experiencias que ya forman parte del pasado y entrañan un tipo de movimiento muy íntimo y particular.
Por esta vía aparecen momentos más introspectivos: "Tengo piezas quebradas y cicatrizadas por dentro", dice Durán en uno de sus poemas. Y la contención, a veces, cede, le abre paso a cierto arrebato lírico para proponer un autorretrato que es una interesante confesión poética: "Creo que soy hija de la lluvia/La noche se mece extasiada/con el canto del universo entero".
Alejandro Sebastiani Verlezza.