LLEGA ADELAIDE ADAMS
Una miss Marple de Arkansas, irĂłnica, artrĂtica y deslenguada.
«Yo, Adelaide Adams, soltera, estaba tejiendo en el vestĂbulo del Richelieu la mañana que todo comenzĂł. Aunque en aquel momento no era consciente de que estuviera empezando nada. No me considero una mujer timorata y sĂ© que ocasionalmente algunos miembros poco serios de las jĂłvenes generaciones me han tildado de vieja arpĂa. No obstante, de haber sospechado el desenfrenado derramamiento de sangre en el que pronto nos verĂamos inmersos habrĂa salido de allĂ pitando sin mirar atrĂĄs a pesar de mi rodilla artrĂtica y mi exceso de peso. Sin embargo, aquella luminosa mañana del mes de abril no habrĂa sido fĂĄcil encontrar un rincĂłn de apariencia mĂĄs apacible que el vestĂbulo de nuestro pequeño hotel residencial. Porque lo Ășnico que tiene de grandilocuente el Richelieu es su nombre».
Maestra indiscutible del Had-I-but-known, la narraciĂłn de Blackmon asombra por su inquietante trama y por la sagacidad e ironĂa de su atĂpica detective.
«Una detective atĂpica, que no dejarĂĄ indiferente a nadie».
The Atlantic Monthly
Carla
11/11/2023
Entretenido
Luis
11/5/2023
clĂĄsico