Un cambio inesperado en nuestras vidas, y sobrevenido por causas ajenas a nuestra voluntad, tiraría por tierra nuestra concepción sobre el entorno que nos rodea, y nuestra visión personal sobre la sociedad.
El ser humano, por definición, tiende a negar lo evidente, aunque lo tenga delante de sus narices, con tal de seguir viviendo la vida que él desea vivir, y es la negación de lo evidente lo que nos hace más vulnerables.
La evidencia que tenemos delante de nuestras narices no es otra que la posibilidad, totalmente segura y cierta de que se produzca un gran apagón eléctrico, o Blackout, el cual llevará a buen seguro un corte del suministro de gas y agua, y además limitará y reducirá los servicios básicos como el de sanidad, policía, bomberos, comercio, administración pública, etc.