Sus paisajes de montaña y pueblos bien conservados convierten a ÄnhuÄ« (ćźćŸœ) en un antĂdoto para el ostentoso mal gusto de las ciudades mĂĄs grandes de China. El reclamo principal es sin duda el HuĂĄngshÄn, un conjunto de paredones granĂticos tajados a pico y envueltos en nubes que inspiraron a toda una escuela de pintura a la tinta en los ss. XVII y XVIII. Pero los picos del cercano y menos visitado JiÇhuĂĄ ShÄn, donde los budistas bendicen las almas de los reciĂ©n fallecidos, poseen un aura sagrada que contrasta con los paisajes del HuĂĄngshÄn.
âą Ver la salida del sol desde HuĂĄngshÄn, una montaña simbĂłlica para los chinos.
⹠Maravillarse ante los canales de Hóngcƫn.
âą Unirse a los peregrinos budistas que escalan el pico de JiÇhuĂĄ ShÄn envuelto en la niebla.
Incluye: TĂșnxÄ«, XÄ«dĂŹ, HĂłngcĆ«n, PĂngshÄn, ShĂšxiĂ n, HuĂĄngshÄn, JiÇhuĂĄ ShÄn y HĂ©fĂ©i.