En las personas sanas, el limón refuerza las defensas y ayuda a prevenir las infecciones, mejora el rendimiento físico e intelectual y previene el envejecimiento vascular. Presenta un abanico increíble de indicaciones: anemia, arterioesclerosis, hipertensión, varices, úlceras gastroduodenales, insuficiencias hepáticas, reumatismo, obesidad, cefaleas, sinusitis, anginas, heridas… Un remedio universal al alcance de todos.