Daniel Raife se había dedicado en cuerpo y alma a Phoebe, su hija adolescente. La había criado sin ayuda de nadie y deseaba que tuviera un brillante futuro como abogada. Pero Phoebe soñaba con ser modelo…
Lee Meredith sabía por experiencia propia lo peligroso que resultaba tratar de dominar a una adolescente decidida. Así que, cuando las circunstancias decretaron que Daniel entrara en su vida, le resultó imposible mantenerse al margen de las riñas entre padre e hija. Daniel no parecía darse cuenta de que querer a alguien implicaba respetarlo y permitir que tomara sus propias decisiones…