El verdadero viaje, segĂșn Marcel Proust, no consiste en la andanza de ningĂșn camino sino en tener nuevos ojos. Coronada de moscas es un libro de viaje en la dimensiĂłn mĂĄs profunda a la que alude el genio francĂ©s. Nos permite recorrer a ras de suelo ese majestuoso y terrible reino de lo descomunal y del absurdo que es la India. Respiramos los aromas a orines, incienso y especias; vemos las telas de colores estridentes; sorteamos a los temibles ricshos y motociclistas en Agra; vemos la blancura de los dientes y las hermosas cabelleras de los indios; asistimos a cremaciones, templos y mĂsticos parajes como las cuevas de Ajanta o el Taj Majal; viajamos por Benares, Kajuraho, Delhi, Mumbai, Udaipur y Varanasi, entre muchas otras ciudades. Como mĂșsica de fondo, siempre presente y dando textura y profundidad a la narraciĂłn, estĂĄ la imponente erudiciĂłn de Glantz. Esa percepciĂłn fecundada igualmente por los kilĂłmetros recorridos como por pĂĄginas, cuadros y encuentros artĂsticos digeridos. Los libros de Arundhati Roy, Aravind Adiga, J. R. Ackerley, Ananda Coomaraswamy, E. M. Forster, Agatha Christie y, por supuesto, Octavio Paz nutren el relato del viaje y subrayan la dimensiĂłn literaria como una experiencia de vida que se incrusta en nuestra mente con igual fuerza que el mĂĄs nĂtido y evocativo de los recuerdos. El libro lo cierran las estupendas fotografĂas de Alina LĂłpez CĂĄmara. El juego de espejos que realizan las imĂĄgenes y el texto enriquecen la experiencia de lectura y elevan el propĂłsito Ășltimo de la literatura: el libre desplazamiento de la mente. Coomaraswamy asegura que este mundo mĂĄgico no es irreal ni fantĂĄstico, es un mundo de imaginaciĂłn y eternidad, visible sĂłlo para aquellos que decidan contemplarlo con los ojos transfigurados del amor.