Garth tenía una bella esposa y dos hijos maravillosos, pero su matrimonio estaba en crisis y, si no actuaba con rapidez, corría el riesgo de perderlos. Por eso, decidió cambiar de actitud y convertirse en un buen marido.
Garth prometió regalarle diamantes el día de la celebración de su décimo aniversario, pero Faye no quería diamantes. De hecho, cuando descubrió que la celebración del aniversario formaba parte de un tortuoso plan para mejorar la imagen de la empresa, lo que quiso fue el divorcio...