"Si Walt Whitman encabezó uno de sus libros con aquel imponente "Quien abra este libro, no estará abriendo un libro: estará abriendo un hombre", José Antonio Garriga Vela bien podría advertir de El anorak de Picasso: "Quien abra este libro, no estará abriendo un libro: estará abriendo una casa". Una casa encantada, por cierto, de la que Garriga Vela parece no haber salido nunca, a pesar de haber recorrido el mundo unas cuantas veces.
Hace quince años Garriga Vela publicó Muntaner 38, una hermosa novela que recuperaba la dirección de la casa de su infancia y donde tejía la realidad y la ficción con mano tan audaz que transcurrido el tiempo ni él mismo parece capaz de saber qué cosas pertenecen a la realidad y cuáles a la ficción, porque sus novelas están hechas, como todas las novelas importantes, de realidad imaginada y de ficción vivida.