Dos excelentes ejemplos de la obra de Casona, que conjugan fantasĂa y realidad como componentes esenciales de la vida
Poseedor de una tĂ©cnica consumada para la adaptaciĂłn de obras clĂĄsicas, Alejandro Casona (1903-1965) presenta en EL CABALLERO DE LAS ESPUELAS DE ORO, una de sus Ășltimas producciones, una visiĂłn de don Francisco de Quevedo, en la que lo histĂłrico se entrevera de lirismo. Es tal la maestrĂa del escritor, que textos quevidianos en prosa y verso se hacen vida dramĂĄtica al servicio de una lecciĂłn: la de que uno debe permanecer fiel a sĂ mismo, a una verdad. Cumpliendo la enseñanza, Casona permanece aquĂ fiel a su modo de hacer teatro, que conjuga de continuo fantasĂa y realidad como componentes inseparables de la vida.
Buen ejemplo de ese quehacer ofrecen las cinco piezas de distintas Ă©pocas agrupadas bajo el tĂtulo de RETABLO JOVIAL . Fueron escritas algunas de ellas para su representaciĂłn en las Misiones pedagĂłgicas que en los primeros años treinta recorrĂan los pueblos de España. De ahĂ que tanto esas como las despuĂ©s creadas en AmĂ©rica, susciten aĂșn eco de positiva respuesta popular.