El ladrón de la lechera es una historia de superación que, como todas, necesita una dosis de solidaridad, amistad y amor. El protagonista ti ene que superar muchos obstáculos desde su infancia, pero nunca viaja solo en su camino. Familiares, amigos y vecinos lo acompañan. Los personajes y paisajes son ficticios, pero el lector reconocerá en ellos a personas de su entorno, de su día a día.
La novela está fundamentada en cuatro pilares: el primero, la familia y los amigos, imprescindibles para superar cualquier difi cultad; el segundo reivindica la sanidad pública como pilar esencial, que la solidaridad tan solo sea un bonito gesto, no una necesidad; el tercero hace un alegato a la vida rural, lugar de donde procedo y donde quiero terminar mis días, donde el nexo entre el entorno y el ser humano ti ene una intensidad y una profundidad diferentes a otros lugares; el cuarto y último es un emotivo homenaje a la figura del vecino, mis vecinos , los de ayer pero también los de hoy, que como le ocurre a la familia Rodríguez también estuvieron ahí cuando las cosas no iban demasiado bien.