El militarismo ha invocado históricamente el concepto de “guerra justa” para legitimar y reforzar los conflictos bélicos. La guerra de Ucrania o la última ofensiva israelí contra Gaza son sus hitos más recientes, si bien, y desde hace dos décadas al menos, contiendas como las de Yemen, Sudán del Sur, Siria, Libia, Irak o la propia Palestina no han hecho más que confirmar el contexto contemporáneo de “guerra permanente” o “guerra civil global”. El pensamiento militarista ha legitimado las guerras por “causa justa” a partir de dilemas morales absolutos, en un intento por solapar “lo justo” y “lo razonable”. Pero ¿puede haber “guerras justas”? ¿Qué tiene que ver la guerra con la justicia o con la razón?
Frente a un militarismo en ascenso, este libro se propone rastrear los diversos argumentos de la “guerra justa” esgrimidos en Occidente a lo largo de los últimos siglos. Detrás de los pretextos y coartadas morales de toda acción armada, lo que se descubre es una tradición guerrera vinculada estrechamente con prácticas coloniales y patriarcales, en el marco histórico del nacimiento y consolidación de los Estados nación modernos. No escapa a esta mirada una OTAN reforzada como “escudo militar de Occidente” que, en su momento, supo sobrevivir al final de la Guerra Fría gracias al discurso del “intervencionismo humanitario”. A manera de contrapeso, esta obra evoca, en fin, una tradición muy distinta: la genealogía de todas aquellas voces críticas con cualquier llamamiento a la guerra y a la violencia.