MĂĄs que nunca, la moneda de nuestra vida social y cultural es la palabra escrita, desde Twitter y mensajes de texto hasta blogs, libros electrĂłnicos y libros analĂłgicos. Pero la mayorĂa de las guĂas de estilo no preparan a las personas para los desafĂos de la escritura en el siglo XXI, representĂĄndolas como un campo minado de errores graves en lugar de una forma de dominio placentero. No logran lidiar con un hecho ineludible sobre el lenguaje: cambia con el tiempo, es adaptado por millones de escritores y oradores a sus necesidades. Cambios confusos en un mundo con declive moral en el que cada generaciĂłn cree que los niĂąos de hoy estĂĄn degradando a la sociedad y se denostando el lenguaje. Una guĂa para el nuevo milenio, escribe Steven Pinker, tiene que ser diferente.