El ventero. Ăngel Saavedra. Duque de Rivas
Fragmento de la obra
El ventero
VENTA. La casa establecida en los caminos y despoblados para hospedaje de los pasajeros. El sitio desamparado y expuesto a las injurias del tiempo como lo suelen estar las ventas.
VENTERO. El que tiene a su cuidado y cargo la Venta y el hospedaje de los pasajeros.
(Diccionario de la Academia.)
La venta y el ventero son, tal vez, la cosa y la persona que no han sufrido la mĂĄs mĂnima alteraciĂłn, la modificaciĂłn mĂĄs imperceptible desde el tiempo de Cervantes hasta nuestros dĂas. Pues las ventas de ahora son tales cuales las describiĂł su pluma inmortal, aunque hayan servido alguna vez de casa fuerte, ya en la guerra de la Independencia, ya en la guerra civil, ya en los benditos pronunciamientos. Y los venteros que hoy viven, aunque hayan sido alcaldes constitucionales, y hoy sean milicianos y electores y elegibles, son idĂ©nticos a los que alojaron al cĂ©lebre Don Quijote de la Mancha.
Y lo mĂĄs raro es que se parecen como se parecĂan dos gotas de agua a los que en los desiertos de Siria y de la Arabia tienen a su cuidado los "caravansĂ©rails"; esto es: las ventas donde se alojan las caravanas en aquellos remotos paĂses, si es que son exactas las descripciones de Chateaubriand, Las Casas, Belconi y Lamartine.
Lugar era Ă©ste en que uno de esos prolijos investigadores del origen de todas las cosas podĂa lucir su erudiciĂłn y la argucia de su ingenio manifestĂĄndonos que las ventas de ahora son los "caravanseradis" de tiempos de moros; y acaso el nombre de "Carabanchel" le ofrecerĂa un argumento inexpugnable. Pero quĂ©dese esto para los que siguen la inclinaciĂłn y buen ejemplo del estudiante que acompañó a Don Quijote a la cueva de Montesinos, y que se ocupaba en escribir la continuaciĂłn de Virgilio Polidoro, y ocupĂ©monos nosotros del ventero, pues es tipo de tal valĂa que el curso de dos siglos no lo ha variado en lo mĂĄs mĂnimo.