Molly Michaels no pudo resistirse a la tentaciĂłn de probarse el vestido de novia que alguien habĂa donado a la asociaciĂłn benĂ©fica para la que trabajaba. Su gran sueño era vestirse de seda y satĂ©n⊠pero no que la cremallera se enganchase minutos antes de conocer a su nuevo jefe.
Houston Whitford no pudo ignorar a una damisela en apuros vestida de novia⊠Siempre que ella supiera que estaba allà para trabajar y recaudar fondos, no para vivir una historia de amor.