El Visitador está considerada, por la crítica literaria, como la obra más compleja y ambiciosa de la trilogía de novelas
coloniales de José Milla y Vidaurre, de la que hacen parte La hija del Adelantado y Los nazarenos.
La historia está centrada en la figura de don Juan de Ibarra, el Visitador, un individuo oscuro y tenebroso, cuya misión es investigar y supervisar la conducta de las autoridades coloniales en la Capitanía General de Guatemala. Su paso por la ciudad de Santiago de los Caballeros va a desatar un cúmulo de intrigas políticas y amorosas, que van a determinar los destinos de una serie de personajes secundarios, como la bella y trágica Genoveva o Francisco Molinos, hijo natural del pirata Sir Francis Drake.
Es en esta novela en donde Milla desarrolla más a profundidad el sentimiento nacional, un elemento que ha absorbido de la lectura de los autores del romanticismo europeo. Es asimismo donde incursiona a fondo en el habla popular guatemalteca y en donde amplía el espacio geográfico de sus relatos hacia regiones como Quetzaltenango, Sololá, Chimaltenango, Río Dulce.
El Visitador no solamente es una obra capital e ineludible de la literatura nacional, sino uno de los grandes hitos de la
novela histórica hispanoamericana. (Luis Aceituno)
La tradicional invisibilidad de la literatura guatemalteca y centroamericana, en los estudios literarios hispanoamericanos sobre el siglo XIX, ha sido extensiva a la novela El Visitador (1868) de José Milla (1822-1882), no obstante su valor literario. Los críticos literarios Ramón Luis Acevedo y Francisco Albizúrez Palma plantearon hace más de treinta años cómo esta novela se distingue por su ágil construcción narrativa y la complejidad de los personajes. Ramón Luis Acevedo puntualiza con acierto que "las novelas históricas de Milla carecen, por fortuna, de la pesadez de otras novelas históricas del siglo XIX" (Acevedo, 1982, p. 50). De ahí que cobre importancia la presente reedición que puede estimular nuevos enfoques sobre un texto en el que se representan las limitaciones de una sociedad colonial y colonialista basada en jerarquías rígidas que impiden el progreso individual y colectivo. Precisamente me referiré en este prólogo a la modelación de personajes, de origen mestizo y mulato, así como a los significados de los amores frustrados como una problemática central de la novela.