A los veinticinco años, Adrienne Miller fue ascendida a editora literaria de Esquire, revista que durante dĂ©cadas habĂa dado forma al concepto mismo de masculinidad, acogiendo en sus pĂĄginas a autores como Carver, Hemingway o Mailer. Eran los años noventa, la edad de oro del periodismo impreso y un momento relevante en el que las mujeres empezaban a ocupar los puestos de poder que hasta entonces les habĂan sido vetados. A nivel literario, fue el momento de la irrupciĂłn de David Foster Wallace como la voz de su generaciĂłn.
Este libro, foco de gran interĂ©s por el retrato contradictorio que la autora hace de su relaciĂłn profesional y sentimental con el autor de La broma infinita, se adentra en los prestigiosos cĂrculos editoriales de Nueva York dominados por hombres narcisistas, y ahonda en las complejidades de una relaciĂłn personal con Foster Wallace que navega siempre entre la admiraciĂłn intelectual y el abuso psicolĂłgico. Una historia clĂĄsica de supervivencia en un mundo adverso que pone luz a una Ă©poca y a unos personajes devorados por su propio ego.