La felicidad es evanescente. Al momento la sientes como una explosiĂłn y, al otro, puede transformarse en desazĂłn o simple tristeza.
Bertha lo tiene todo: es joven; ella y Harry, su marido; siguen tan enamorados como el primer dĂa; tienen un bebĂ© hermoso; viven en una casa amplia con jardĂn; y sus amigos son gente moderna e interesante.
Pero la sensible Bertha siente que no encaja y que su felicidad es frågil. Lo nota en la manera en la que la niñera acapara a su hija, en la falta de humor de sus amigos de clase media, en la atracción irresistible que siente por Perla Fulton o en el rechazo que demuestra Harry hacia su nueva amiga.
El peral ha florecido y van a celebrar una cena, ÂżquĂ© podrĂa ensombrecer tanta felicidad?
Katherine Mansfield (1888, Nueva Zelanda-1923, Francia) era el pseudĂłnimo de Kathleen Beauchamp, una escritora y articulista neozelandesa.
LlegĂł a ser reconocida por autores contemporĂĄneos de la talla de Virginia Woolf, con la que compartĂa una mutua y enriquecedora rivalidad, y la cual llegarĂa a confesar que el Ășnico estilo literario que habĂa envidiado en su vida era el de Katherine Mansfield.
Se la considera adscrita al movimiento modernista. Cultivó sobre todo el relato corto, con historias que abordaban la vida cotidiana y la idiosincrasia de la clase media, siempre acompañadas de una velada reflexión existencialista.
Quiso dedicarse a la mĂșsica y, a pesar de su destreza con el violonchelo, sus padres nunca le permitieron ejercer profesionalmente. Se lanzĂł a la vida bohemia y tuvo numerosos amantes, pero hubo dos constantes en su vida: el editor John Middlenton Murray, con el que contrajo matrimonio, y la escritora Ida Barker, el amor de su vida. ViviĂł intensamente hasta que sucumbiĂł a los treinta y cinco años por culpa de la tuberculosis.
Su mayor ambiciĂłn fue alcanzar la excelencia literaria y su obra, aunque breve, es considerada una pieza imprescindible de la literatura anglosajona.