Jessica se había esforzado en ocultar su atractivo en el trabajo. No quería mezclar los negocios con el placer, o eso creía hasta que el dueño de la empresa, Bruno Carr, la eligió para que lo ayudara en la preparación de una importante demanda judicial…
Jessica sabía que se había ganado el respeto profesional de Bruno. También percibía que él veía más allá de sus serios trajes y actitud distante…
cosas que tuvo que abandonar al realizar un viaje de negocios al Caribe… Allí vivió unas noches ardientes y sensuales, pero, ¿fueron algo más que una aventura? De lo único que estaba segura era de que iba a tener un hijo de su jefe.