En Grano de sal y otros cristales convive una alacena singular: curiosas reflexiones sobre la cocina mexicana, así como sus similitudes y contrastes con la francesa; entretenidas crónicas gastronómicas del autor, a su paso por el país que vio nacer a Montesquieu; y con sazón nerudiano, placenteros homenajes a varios alimentos, platillos y usos y costumbres alrededor del fogón. También, cuenta con un recetario del siglo XIX, heredado al autor por sus bisabuelos maternos, y una serie de menús, poemas, traducciones, saludos, y una mina de refranes que aderezan las páginas de este libro. Grano de sal y otros cristales se ha enriquecido con los años, nutriendo a esta nueva edición con textos sobre el libro y el autor que han brindado Soledad Loaeza, Elena Méndez, Elsa Torres Garza y José Luis Martínez. En sus páginas, la letra y la filología se funden en el paladar, elaborando un ameno banquete de fusiones culinarias que nos recuerdan a todos que "a barriga llena, corazón contento."
Las semanas del jardín —expresión de claro resonar cervantino— reunirá en su alacena libros y obras de autores predominantemente americanos, aspira a acotar con su censo editorial un espacio de conversación, un ámbito de debate, un territorio de curiosidad, gustos y observación, vigilia crítica y amena pausa. En su reloj y calendario, Las semanas del jardín irán deslindando una suerte de arsenal de la imaginación y el gusto en movimiento y de la palabra que se desdobla en juego, placer, aventura y conocimiento, como en Grano de sal y otros cristales de Adolfo Castañón. Grano de sal busca explorar el otro lado de la filología. Cada volumen buscará responder a una afinidad elegida y electiva, a un acento cordial e inteligente entre el autor, el lector y el editor anfitrión que busca lección en el azar organizado en la letra como quien descubre que la metáfora es una obra de arte en miniatura.