Edward Said, en el prólogo, afirma: "Este libro es un devastador retrato del prejuicio, la hipocresía y la intolerancia religiosa. La descripción de Shahak es importante sobre todo porque no solo desmiente las ficciones sobre la democracia israelí que abundan en los medios de comunicación occidentales, sino que también acusa implícitamente a los líderes e intelectuales árabes por su visión escandalosamente ignorante de aquel Estado."
Por su parte, Gore Vidal comenta en su prólogo: "Por fortuna, la voz de la razón está viva y coleando, y precisamente en Israel. Desde Jerusalén, Israel Shahak no deja nunca de analizar no solo la funesta política actual de Israel, sino el propio Talmud y el efecto de la tradición rabínica en su totalidad sobre un pequeño Estado que el rabinato de extrema derecha pretende convertir en una teocracia exclusivamente para judíos."
Este libro es una síntesis infrecuente de erudición histórica, penetración teórica, valentía política y honestidad ética, que desvela de forma incontrovertible la relación entre el etnocentrismo xenófobo del judaísmo ortodoxo, el mesianismo sionista, la discriminación étnica antiárabe y la política imperialista del Estado de Israel. Los lectores de Historia judía, religión judía podrán encontrar en él la fundamentación teórica de una urgente conclusión práctica: "que el antisemitismo y el chovinismo judío solo se pueden combatir de manera simultánea".