Como una bomba de relojería, así define este libro la espiral identitaria en la que nos encontramos. A la crisis económica y financiera la ha acompañado una crisis aún más grave del modelo de sociedad. El proceso de emancipación individual iniciado en los sesenta ha acabado dejando fuera de su seno a una parte importante de la población, que ha depositado su orgullo en el sentimiento de pertenencia a una identidad colectiva, ya sea nacional o religiosa.
Así, vivimos en un momento de transición particularmente delicado entre una vida de comunidad reglada con patrones de conducta heredados y una nueva sociedad individualista en extremo en la que nos reafirmamos en nuestras certitudes. El «otro» pasa entonces a ser un chivo expiatorio, el culpable de todos nuestros padecimientos, un peligro que toma la forma de crispaciones identitarias y religiosas.
Jean-Claude Kaufmann nos alerta de los riesgos que entrañan estos comportamientos, mostrándonos además la volatilidad de ese sentimiento que tiene sus derivados en lugares tan dispares como el campo de fútbol y las redes sociales. Nada queda ya al margen de ello.