Con este libro, Nicolas Bourriaud busca contribuir al surgimiento de una estética inclusiva que requiera un aprendizaje de la mirada finalmente descentrada, en el seno de un universo plurivalente, donde se incluya a los no humanos. Basada en una visión ampliada de la antropología, esta estética ratificaría el final de los binomios que estructuran el pensamiento predador de Occidente. En una estética inclusiva, formas y materias constituyen un tipo especial de cooperación, tal como sucede entre el ser humano y lo que se denominaba antes su "entorno". En lugar de reaccionar ante las formas, las imágenes o las ideas con las herramientas heredadas, se ha hecho necesario elaborar nuevas herramientas. Por otra parte, el confinamiento mundial que marcó la pandemia de la Covid-19 nos deja entrever lo que podría ser la etapa siguiente de esta sedentarización. Si todos los individuos habíamos ya interiorizado la idea de que nuestro papel en la Tierra consistía en ser inmediatamente utilizables por el sistema productivo, nada tiene de asombroso, por lo tanto, que las modalidades de gobernanza contemporánea se vean transformadas por este proceso de domesticación general de lo viviente, dentro del cual los humanos y los no humanos se ven reunidos por su condición de materia prima.
En el seno de la catástrofe climática, el arte podría construir un modelo alternativo y una inspiración para las actividades humanas. La catástrofe ecológica nos conmina hoy a replantearnos el espacio que nuestras sociedades le han asignado al arte. La creatividad, el espíritu crítico, el intercambio, la trascendencia, el vínculo con el Otro y con la Historia, todos valores intrínsecos a la práctica artística, resultan también vitales para el futuro de la humanidad.
Al tratar de desplegar algunas de las figuras estéticas que flotan en el capitalismo planetario, Inclusiones intenta, a la vez, describir los retos de la actividad artística en tiempos del capitaloceno y abogar para que se la reconozca como una necesidad vital.