Cuando hablamos de infancia nos referimos tanto a la primera etapa de la vida como a lo que permanece guardado en el arcĂłn de los recuerdos como una imago potente y basal, fundante de los afectos posteriores, y constitutiva de la identidad. La historia, que se aplica por cierto para la infancia, no es cĂłmo fue, sino cĂłmo se la recuerda.
Me he propuesto como objetivo que el mundo acadĂŠmico haga extensivos a la comunidad los resultados y efectos de sus descubrimientos, que los saberes teĂłricos se tornen âhaceresâ comunitarios, para que de esa manera puedan tener acceso a ellos quienes no asisten a instituciones educativas formales. De este modo, se busca contribuir a su empoderamiento, a partir de un conocimiento mĂĄs amplio de la importancia del perĂodo de la infancia.
Fragmento del prĂłlogo