Picasso y Van Gogh estĂĄn hoy en los mejores museos del mundo. Sin embargo, en toda su vida Van Gogh solo consiguiĂł vender un cuadro. Picasso, en cambio, vendiĂł toda su producciĂłn, que fue mucha, se hizo inmensamente rico y nadie osĂł jamĂĄs decir que su pintura fuera comercial. Lo que era comercial era su inteligencia. Este es uno de los muchos ejemplos que Luis Bassat utiliza en este libro para explicar quĂŠ es la inteligencia comercial, para quĂŠ es necesaria, y cĂłmo podemos desarrollarla si no hemos tenido la suerte de nacer con ella.