Se cumplen treinta años de la tragedia de Waco, Texas, que culminó el 19 de abril de 1993 tras cincuenta y un días de asedio policial. Ese día, el complejo de Mount Carmel, donde se habían atrincherado los más de cien fieles seguidores de la secta de la Rama Davidiana armados hasta los dientes, acabó pasto de las llamas, y setenta y seis davidianos perdieron la vida, entre ellos veinte niños y el temible líder del culto, Vernon Howell, rebautizado como David Koresh y autoproclamado hijo de Dios.
Stephan Talty narra a un ritmo vertiginoso la historia de Koresh, nacido en Texas, que, tras sufrir una infancia y juventud de maltratos y abusos, se convirtió en un depredador sexual y carismático orador que consiguió congregar a una ferviente secta donde no se toleraba la disidencia ni la propiedad privada, y las mujeres debían someterse a los designios sexuales del líder. Koresh debía guiar a su ejército ante el inminente Apocalipsis: la oleada de muerte y destrucción que allanaría el camino para que los supervivientes fundaran el nuevo reino del Señor en la tierra.
A partir de entrevistas a los principales protagonistas de la historia, incluyendo, por primera vez, a familiares de Koresh y supervivientes de la tragedia, Talty construye un fascinante y terrorífico relato coral —en la línea de La canción del verdugo de Norman Mailer— en torno a una de las mentes criminales más siniestras de la crónica negra de Estados Unidos, junto con Charles Manson y Jim Jones.
Koresh también trata de desentrañar el fracaso estrepitoso de la gestión del Gobierno en la resolución del mayor conflicto con armas de fuego en territorio estadounidense —en el que también perdieron la vida cuatro agentes del orden— y estudia las causas del preocupante auge de la alt-right, la extrema derecha nacionalista y beligerante.