Probar documentalmente la realidad histórica de Jesús el Nazareno mediante las fuentes cristianas en su contexto judío equivale, por implicación, a demostrar el error de los mitólogos que confunden el Jesús de la tradición mesiánica con el Cristo divino de las epístolas de Pablo.
Este ensayo ofrece una nueva lectura contextual del núcleo básico del Nuevo Testamento a fin de detectar las contradicciones teológicas y narrativas dentro de cada escrito, y de todos los escritos entre sí.
La naturaleza ideológica de las fuentes cristianas como literatura esencialmente polémica y antagonística permite identificar su verdadero referente existencial, a la vez que reconstruir la dualidad radical entre el Jesús de la historia y el Cristo de la fe.
Existió realmente aquel pretendiente mesiánico fallido, pero jamás existió el Cristo divino que Pablo inventó y que nutrió la dogmática eclesiástica. La alianza Catholica Ecclesia con el Romanum Imperium aseguró la hegemonía de ambos en estrecha y aberrante simbiosis en virtud de la cual un Mesías crucificado por un delito de secesión contra el César llegó a ser adorado y glorificado en todo el mundo romano como el Dios único y verdadero.