Este libro pretende cuestionar una de las premisas sobre las que se ha construido la financiación de la educación y de la sanidad en España: la idea de que han de ser las autonomías las que
corran con sus gastos. ¿Esto debe ser realmente así? ¿Quién debe financiar la educación o la sanidad en el Estado autonómico? ¿Son los Presupuestos Generales del Estado o los presupuestos autonómicos? ¿Impuestos estatales o impuestos autonómicos?
Ha sido común la consideración de que el principal problema de la financiación de las Comunidades Autónomas ha sido la insuficiencia de recursos para hacer frente a los gastos de sanidad y educación. Esto ha llevado a una progresiva ampliación de los recursos, otorgándoles un porcentaje cada vez mayor de participación en impuestos estatales. Si el diagnóstico sigue siendo este, la insuficiencia de recursos, la solución sería seguir incrementando los porcentajes de participación en los impuestos estatales.
A partir del estudio de la experiencia comparada de Estados Unidos, Canadá y Alemania, se trata de demostrar que el problema no es la insuficiencia de recursos de las autonomías para hacer frente a los gastos de educación o sanidad. El problema es que las autonomías están pagando lo que no les corresponde. De acuerdo con nuestro sistema de distribución competencial, es al Estado al que le corresponde fundamentalmente la financiación del Estado de bienestar.