"ReciĂ©n cuando el aviĂłn aterrizĂł se me ocurriĂł pensar que todo podĂa ser una locura. ÂżY si nadie me pasa a buscar? ÂżY si al vernos no nos gustamos? ÂżY si nos llevamos pĂ©simo? O, peor, Âży si nos enamoramos demasiado? Pero el aviĂłn siguiĂł bajando, las ruedas tocaron el suelo, y yo ya habĂa cruzado el mar."
Los protagonistas de esta novela se conocen durante una fiesta de verano. Ella es una estudiante de literatura; Ă©l, un joven alemĂĄn de paso por Buenos Aires. El amor entre ellos es instantĂĄneo, mĂĄgico, "como en las pelĂculas".
DespuĂ©s llegan las idas y venidas, las comunicaciones desesperadas por Skype con el ocĂ©ano de por medio, los reencuentros ardientes, el ensayo de convivencia en un PH del barrio de Flores y, por fin, la decisiĂłn de intentarlo de verdad. La narradora deja el hogar paterno con un magro equipaje, sus escasos ahorros y dos gatos, pero sin boleto de vuelta. Mientras recorre en bicicleta las calles de BerlĂn, trabaja de baby-sitter y en el guardarropas de un boliche nocturno, investiga en la biblioteca o comparte cenas familiares en un idioma que apenas descifra, va buscando indicios que le permitan comprender a ese hombre que duerme a su lado en un minĂșsculo departamento alquilado, y a ella misma.
Con una soltura admirable en una ópera prima, Julieta Mortati ha escrito una novela sobre una relación sentimental en clave global que atrapa y conmueve sin proponérselo. En esta historia asordinada, los animales, el clima, el paisaje y los objetos aparecen en primer plano para narrar aquello que los personajes no logran decirse, ni siquiera en el lenguaje universal del amor.