José vivía en su mundo de perros y ladridos, y cada vez apetecía tomarla siempre de la misma manera: le levantaba la pollera hasta arriba de los muslos y la montaba por atrás. Había visto que así lo hacen los perros entre ellos y nunca hay disturbios ni conmociones del corazón; si lo hacían los perros, era santo. Y él lo repetía con su mujer, que tenía el delirio de hacerse pasar por otra, vaya uno a saber por qué, o bien tristemente era porque estaba por completo loca. La loba estaba en camino, la loba sería su mujer.
Siglo de un día
Eduardo Lizalde
bookInstantes
Aroa de Francisco
bookPor las ramas
Roberto Merino
bookEl hechicero
Juan Valera
bookMi perdición
Alfred Hayes
bookEl tábano
Ethel Lilian Voynich
bookLos lugares
Elvio E. Gandolfo
bookRetazos del natural
Charo Alonso
bookEl siglo que se nos fue
Francisco Gil Craviotto
bookEl secreto mejor guardado
Danilo José Olivera Bodeant
bookWho Slashed Celanire's Throat?: A Fantastical Tale
Maryse Condé
bookEl mentalista (Edició en català)
Camilla Läckberg, Henrik Fexeus
book