Cuando el amor nos ata a una persona para siempre, no hay nada en el mundo que pueda romper ese vĂnculo.
Si existiese una mĂĄquina del tiempo me transportarĂa a un instante de mi infancia, pondrĂa mis manos de adulto sobre mis pequeños hombros y me advertirĂa de que todo eso que se estaba cocinando en mi interior era Eva. Ella iba a ser capaz de hacerme sentir un cobarde desgraciado y un valiente exultante, un ganador y un perdedor, un buen hombre y el peor hombre, la mitad de un todo y tambiĂ©n el todo de la nada.
Me dirĂa a mĂ mismo que no la siguiera con la mirada, que no la buscara nada mĂĄs entrar por la puerta del colegio, que fingiera estar enfermo para perderme la hora de gimnasia que aquella misma tarde nos harĂa pareja de bĂĄdminton para el resto del curso, que la dejara pasar, por el bien de ella y por el mĂo. Y yo no me harĂa el menor caso.
De haberlo hecho, esta no serĂa nuestra historia.
Conchy
3/12/2024
Muy agradable y bien planteado
InésA
8/26/2023
lectura sencilla y muy amena. siempre con ganas de seguir leyendo y saber qué pasa.
AnĂłnimo
6/17/2023
Hola