En este libro, Enrique nos permite conocer a la familia de Débora, es decir, a su familia. Nos habla también de sus sentimientos y de sus emociones. De lo que para él significó buscar la verdad para saber qué había pasado, algo que hizo sin rencores. En estas páginas, Quique también nos habla de la esperanza. De cómo logró rehacer una vida —la suya— que, en un momento, quedó detenida en aquel instante sin tiempo de aquella tarde enlutada en que la muerte le arrebató —nos arrebató— la existencia de Débora. Es la narración acerca de una lucha por volver a vivir, en la que lo acompañan sus afectos hacia los cuales derrocha gratitud. Es un libro en el que los hechos y los sentimientos se exponen con sencillez y naturalidad. Eso lo transforma en un testimonio de vida.
del prólogo de Nelson Castro