Jordi Sierra i Fabra nos lleva a Oriente con una historia que es un canto a la libertad.
«A veces, cuando el asombro me podĂa, me preguntaba cosas. ÂżPor quĂ© lo hice? ÂżPor quĂ© esas palabras rotas, separadas del todo, heridas por mĂ, de pronto se convertĂan en importantes?».
El joven Li Huan debe cumplir el servicio militar y tiene que abandonar la ciudad donde vive con su familia en algĂșn paĂs de Asia, cuyo nombre no se dice. Lo destinan a un campo de reclusiĂłn para disidentes polĂticos.
El lĂder del Partido, el Gran Padre, gobierna con puño de hierro, y estĂĄn prohibidos los libros y cualquier pensamiento que cuestione la doctrina ofi cial. Li Huan era un niño cuando estallĂł la RevoluciĂłn y se instaurĂł la dictadura; ahora tiene dieciocho años, cree fi rmemente en el rĂ©gimen y, gracias a sus habilidades para leer y escribir, serĂĄ el encargado de censurar la correspondencia de los presos.
Li Huan conocerĂĄ en el campo de reclusiĂłn al preso 139, Wang Zhu, un profesor universitario encarcelado por difundir ideas contrarias al gobierno. Aunque el joven intenta resistirse, el maestro despertarĂĄ una profunda admiraciĂłn en el chico y harĂĄ que empiece a replantearse algunas de sus ideas.
I Premio CriticĂłn (votodo por estudiantes de once centros escolares de Zaragoza)